Iglesia parroquial de finales del siglo XII , Santa María de Costoja es un gran edificio románico, pesado y de aspecto sólido y robusto. Se trata de un templo con una sola nave de grandes proporciones rematada por un ábside semicircular en la cabecera.
El ábside forma un volumen algo mas bajo y mas pequeño que la nave. En la cornisa aparece decoración en forma de arcuaciones ciegas bajo una franja de dientes de sierra, dentro de las cuales se forman una especie de huecos en forma de saeteras. Bajo las arcuaciones se vislumbran canecillos de reducidas medidas con restos de algunas figuras e imágenes, cabezas y objetos geométricos. Una ventana central permite la entrada de luz al interior, decorada con dos pilares con capiteles decorados con motivos vegetales y una arcada recorrida por una fila de botones y relieves esféricos.
La entrada al edificio se realiza en el muro sur y se abre a un espacio formado como extensión de la nave hacia el lado occidental, de unos 5 metros de largo.Se trata de una sencilla puerta abierta en arco de medio punto adovelado, sin decoración. Este atrio al que entramos forma una especie de vestíbulo de entrada que alberga la joya del edificio: una portalada con arquivoltas en degradación, profusamente decorada que comunica el atrio con el interior de la nave.
De la puerta exterior destacaremos en los batientes de madera, la forja original del período románico.