La Catedral de San Pedro de Jaca, en la provincia de Huesca, es una de las construcciones más características y antiguas del románico en España. Comenzó a construirse casi al tiempo que la de Santiago de Compostela en el último cuarto del siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón.
En siglo XVI se incluyen algunos añadidos, como las bóvedas de las naves laterales, del gótico tardío, y las portadas de las nuevas capillas de San Sebastián, San Agustín, Anunciación y Santa Ana. Posteriormente, ya en el Renacimiento, se añaden las capillas de San Miguel y de la Trinidad, ambas de 1572. En 1598 se construye la bóveda de la nave central y se abren ventanales en ella.
En la fachada oeste de la catedral encontramos el atrio y la portada, cuyo arco de mayor radio, semicircular, enlaza con la nave central, de bóveda de cañón, del interior del templo. En el tímpano de esta fachada, la principal de la catedral, se halla el crismón, símbolo de la monarquía aragonesa y con un claro carácter trinitario y penitente.
En la fachada sur encontramos otro pórtico, realizado en el siglo XVI, destacando los capiteles realizados por el maestro de Jaca. En la parte superior del edificio encontramos una espadaña, añadida también en el siglo XVI.